La Revista Origami publicó hace muy pocos días una reseña del libro Por él, de Inés Echeverría, esto vinculado también a El invencible verano de Liliana de Cristina Rivera Garza.
Por Emilio Mocarquer Olivares
Era tonta. Ella era tonta, porque una sabe que los borrachos no razonan. Llegaba tarde mi tío T. y le pedía, agarrado de la reja, que lo dejara pasar: negrita, mijita, me abre… ¡Ya llegaste borracho! ¿Qué te hai creío? ¡Otra vez, desgraciao! y lo retaba y lo garabateaba. No era hasta que él pateaba la puerta que ella la abría y salía corriendo, mi tío T. la perseguía.
En la mesa té, pan y un pasado para mí desconocido ambientaban la hora de la once. Yo era niño y la historia de la tía A. en voz de mi abuela nos acompañaba. Más grande, una sola pregunta: pero, abuela ¿por qué el tío T. le pegaba? Y la respuesta, siempre la misma: es que era tonta, ella era tonta. Mi tío T. llegaba con traguito, pero no era atrevido, le pegaba porque ella lo insultaba. Pedía, por favor, que le abrieran la puerta y como la A. le gritaba, él se enojaba. Ella tenía la culpa, porque si no hubiera dicho nada…